sábado, 12 de abril de 2008

Perros callejeros de Moscú

Se calcula que en la capital moscovita, hay en torno a 35.000 perros callejeros, la mayoría nacidos en las calles aunque hay un pequeño porcentaje de perros abandonados, según las conclusiones de Andrei Poyarkov del Instituto N. Severtsov de Ecología y Evolución.


Perros callejeros de Moscú


Con una esperanza de vida que no excede los 10 años, la mayoría parece compartir características físicas: tamaño medio, pelaje denso, cabeza afilada, ojos almendrados, cola larga y orejas erectas. Asimismo, Poyarkov observó que estos perros estaban perdiendo algunas características que determinan la separación entre el perro y el lobo: manchas en el pelaje, amistosidad o movimientos de cola. Andrei Poyarkov clasificó a los perros callejeros moscovitas en cuatro categorías:

-Perros salvajes: nocturnos, evitan a los seres humanos a los que perciben como una amenaza.
-Rebuscadores: semi-salvajes.
-Perros de Guardia: perciben a algunos seres humanos como líderes.
-Mendigos: muy inteligentes, socializan con los seres humanos, pero sin conexión emocional.

Los perros callejeros moscovitas están habituados a altos niveles de movimiento, stress y ruido, de forma que pueden ser capaces dormir en lugares con alta actividad alrededor suyo. Asimismo, pueden actuar en grupo e interactuar con otros grupos, siendo el líder del grupo no el perro más fuerte o dominante, sino el más inteligente.

Estos grupos de perros callejeros son capaces de elaborar estrategias para la obtención de alimentos. Por ejemplo, una de ellas supone el despliegue de los miembros más pequeños, encantadores y capaces de conmover a un ser humano, tras darse cuenta de qué miembros del grupo tienen más éxito a la hora de mendigar comida. Otra estrategia, consiste en seguir a un individuo que esté comiendo algo, y ladrar de improviso, tratando de que la sorpresa por el ladrido, haga caer la comida de las manos de la persona. Por otro lado, procuran mostrarse amistosos ante niños y jóvenes, a sabiendas que tal actitud les puede procurar alimento, mientras que en zonas de mucho tránsito de peatones, cruces de calles, mucho tráfico, etc., no hacen esfuerzo por conseguir comida, pues saben que los peatones, con prisa, símplemente tiran mucha comida a medio comer cuando pasan por esos puntos. El resultado es que es muy difícil ver perros callejeros de Moscú malnutridos, de forma que incluso pueden mostrarse selectivos a la hora de alimentarse

Sorprendentemente, estos perros, han aprendido a cruzar las calles con los peatones y a obedecer los semáforos, lo que, dada la visión de los perros hacia el color, hace pensar a Andrei Poyarkov y a Alexei Vereshchagin, que reconocen las formas o posiciones de las señales cambiantes. No solo eso. En el metro de Moscú pueden estar viviendo en torno a unos 500 perros, entre los cuales varios, según ha observado Poyarkov, han aprendido a usar el transporte suburbano. Al parecer son capaces de determinar correctamente sus rutas mediante la estimación del intervalo de tiempo entre paradas, el olor de las estaciones y el reconocimiento de los nombres de lugares al ser anunciados por megafonía.


Perro callejero viajando -y relajándose- en metro.


La mayoría de los moscovitas perciben a los perros callejeros con una mezcla de sentimientos entre la sincera simpatía y la percepción de un problema. Sin embargo, no son pocos ciudadanos los que ven parte de la personalidad y carácter de Moscú, en estos perros callejeros, unos animales cuya presencia en la capital rusa ya aparece en boca de algunos escritores y periodistas del siglo XIX.